domingo, 29 de mayo de 2011

LO VIVIDO EN LA ETERNA CUIDAD

El tiempo pasa, la historia sigue su marcha y quedan las experiencias que marcarán el resto de nuestro caminar. He aquí un recuento de lo que fue el Curso de Espiritualidad Agustiniana, en la ciudad de Roma.

Por: Hna. Sonia Santos, AM
22 al 28 de mayo 2011
Me toca despedirme escribiendo algo sobre lo que ha significado el Curso de Espiritualidad Agustiniana. Pensando en ello y leyendo nuevamente lo que se puso en el blog de cada semana, me surge esta expresión: «¡Hemos vivido muchas cosas en tan poco tiempo!».
Al principio parecía que cuatro meses sería mucho;  pero es poco tiempo comparado con todo lo que hemos vivido en este sentido. Son muchas cosas que ahora necesitan su tiempo para ser asimiladas convenientemente y volver a pasar por el corazón, el regalo de este tiempo, la gracia recibida en Roma: conociendo y profundizando la espiritualidad agustiniana. Utilizando la imagen de un aisberg, solo vemos una parte en la superficie, pero hay mucho más debajo: “Nuestras experiencias” que ojalá podemos compartir en nuestras comunidades y misiones.
Hay expresiones que ya se dijeron en este medio y me parece importante volver sobre algunas de ellas, porque nos pueden ayudar a vivir este tiempo de regreso a nuestras comunidades, recordando lo vivido en Curso:
- Una experiencia de fraternidad y comunión, orar juntos, comer juntos, divertirse unidos, crear lazos de amistad. Experiencias que cada uno vivió en sus respectivas comunidades un ambiente fraterno y que vivimos juntos también en diferentes momentos.
- Los profesores aportaron novedad e iluminación, sabiduría, buen humor, dinamismo, criterios válidos y sorprendentes, cuestionamientos sobre cómo vivir la espiritualidad agustiniana en nuestro mundo.   Nos dieron  a conocer una espiritualidad viva y dinámica, nos animaron a renovarnos en la espiritualidad aprovechando esta oportunidad del curso, especialmente en la vida de comunidad, haciendo historia futura (porque hay muchos presentes y futuros).
- Las salidas de los sábados, ayudaron las explicaciones para entender lo que veíamos en cada lugar que visitábamos, en cuanto a historia, arquitectura, frescos, esculturas, etc.
- Una Semana Santa única y particular, en Casia, un pueblo pequeño donde está el Santuario de Santa Rita tuvimos allí el retiro espiritual, una de las claves para este retiro fueron las palabras del Papa Juan Pablo II acerca de la “interioridad”, del cual nosotros tenemos que ser pedagogos.
- Los lugares agustinianos, es diferente saber de ellos que conocerlos personalmente; tiene otro sentido. A los pies de Agustín celebramos la Eucaristía y nos unimos a todas las agustinas y todos los agustinos presentes en el mundo, pidiendo a Agustín que seamos fieles a nuestra vocación, espiritualidad y carisma. En esta unidad también lo fue en Montefalco (Santa Clara), Tolentino (Santuario de San Nicolás), San Giminiano (origen de la orden), Lecceto (Monasterio), Ostia Antica (lugar del Éxtasis de Ostia) Genazzano (Santuario de nuestra Madre del Buen Consejo), SS. Quattro (Monasterio de Agustinas de Clausura). Unidad que ya en la Misa de apertura en la Basílica de Santo Agostino, junto a la tumba de Santa Mónica, se nos invitaba a vivir. Clima que vivimos también en la Eucaristía celebrada en las catacumbas de San Calixto, en el templo de Santa Prisca, Capilla de San Clemente, ubicada en el interior de la Basílica de San Pedro y en la misma ceremonia de Beatificación del Papa Juan Pablo II.
- Con todo lo vivido cabe destacar la acogida  fraterna de los P. Agustinos en las comunidades donde estuvimos, la calidez humana y la alegría de las hermanas, de los Monasterios Agustinianos.

Por último, quisiera comentar la vivencia de esta semana en particular. El día lunes terminamos las clases haciendo un cierre especial con el tema que veníamos viendo en torno al gran escrito de San Agustín: “Civitate Dei”, con el Padre Nello Cipriani.




Luego de la foto oficial, el P. Mario Mendoza nos recordó la entrega de la tesis y las pautas del examen final.




En otras palabras nos invitó a estudiar en lo que quedaba de la semana, pero tuvo una pausa  agradable la noche del viernes con unas ricas pizzas y heladitos, y luego paseo por Plaza Navona, Fontana de Trevi, Antiguo convento agustino, etc.












El sábado por la tarde fue la visita a los jardines del Vaticano acompañados por el P. Joel, quien nos fue explicando la belleza que encierra este lugar en vegetación y en grutas. Lugar donde el Papa Benedicto XVI hace su rezo del Rosario. Motivo por cual una parte del recorrido por los jardines fue con el rezo del Santo Rosario, deteniéndonos de manera especial en la gruta dedicada a la Madre del Buen Consejo.


(Parece que nuestro fotógrafo oficial fue ignorado para esta última visita, así es que, en seguida publicamos algunas fotografías captadas por nuestros enviados especiales).







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